martes, 7 de julio de 2009

Encelando la luna

Parecía mentira pero sus ojos se clavaron como si no fuera la primera vez, que se miraban, se fundieron en un abrazo calido que les hizo estremecer y aun temblando se tomaron de las manos para comenzar un camino sin rumbo. Se descalzaron y pasearon por la playa, ante el único testigo de una plena luna, inmensa, radiante que lo iluminaba todo.
El mar estaba en calma, las olas mecían sus pies y miradas furtivas, tímidas dejaban entrever el nerviosismo de la primera vez, del encuentro de los dos cuerpos, pero no de las dos almas, de las dos pasiones antes soñadas e imaginadas.
Se detuvieron ante la plateada imagen y él la rodeo con sus brazos, mientras con una mano acariciaba su rostro, le dijo con suavidad al oído.

-Vamos a encelar a la luna esta noche, vamos a dejar que tenga celos de tanta pasión, de tanta belleza y de tanta dulzura.
-¿Y como vamos a hacerlo? – dijo ella.
No medio más palabras, simplemente poso sus labios sobre los de ella y la beso con dulzura, acompañando el gesto con una tierna caricia en su pelo… ella rodeo su fuerte cuello con las manos regalándole mimos y sus dedos caminaron por la piel, ascendían por el pelo y cuando todo comenzó a hacerse mas y mas intenso, sus cuerpos se unieron aun mas sin dejar que entre ellos corriera ni una mínima brisa.
Ella se separo, le miro de nuevo y sonriéndole hasta con la mirada le tomo de la mano dirigiéndole camino al mar, el la siguió turbado de tanto deseo… entraron en el agua y desataron las pasiones, sus besos fueron mas largos, mas extenuantes, mas ardientes. Las manos comenzaron el viaje del placer por los cuerpos, mientras intentaban desprenderse de las ropas que ponían barrera a su desenfreno, besos… caricias… suspiros… sal… y la luna encelada de tanta pasión les observaba en lo alto, majestuosa y radiante.

Él la alzo sobre mar, ella lo abrazo con todo su cuerpo y se unieron, le sintió dentro, fuerte y dulce a la vez… comenzaron a danzar al ritmo de las olas, con la melodía de los suspiros, jadeantes con los labios entreabiertos y mirándose fijamente a los ojos sin poder dejar de separar la vista ni un segundo, de ver tal pasión encendida en sus miradas y en sus cuerpos temblorosos.
Se abrazaron aun mas haciendo así mas profundo el momento, aumentando el ritmo, ella arqueo su espalda y un gemido salio de sus labios… el la recogió en sus brazos y le respondió al oído a su placer compartido.
-Creo que hemos encelado a la luna – Dijo el, con una sonrisa
-Te deseo, mi deseo – Entre suspiros fue su única respuesta.

Lakshmi.

Este fue el primero… mas dulce

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